Jerusalén (EFE).- El informe preliminar del Ejército israelí concluye que el ataque contra el convoy humanitario de World Central Kitchen (WCK), en el que murieron siete de sus empleados, no tuvo la “intención de dañar a los trabajadores humanitarios” y se debió a una “identificación errónea”.
“Quiero ser muy claro: el ataque no se llevó a cabo con la intención de dañar a los trabajadores humanitarios de WCK. Fue un fallo por una identificación errónea: de noche, durante una guerra, en condiciones muy complejas. No debería haber sucedido”, afirmó el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, al presentar las conclusiones preliminares de su investigación.
Halevi insistió en que una “entidad independiente investigará el incidente exhaustivamente”, unas pesquisas más certeras que se completarán en los próximos días, y prometió que el Ejército “aprenderá de sus conclusiones, implementará medidas inmediatas y compartirá esas conclusiones con WCK y otras organizaciones internacionales relevantes”.
El jefe militar indicó que ya se ha creado un “centro de mando” para mejorar la manera en que se coordina el reparto de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza, horas después de que el ministro de Defensa, Yoav Gallant, lo ordenara, y se comprometió a hacer mayores esfuerzos por proteger a los trabajadores humanitarios.
Casi 200 empleados humanitarios han muerto en la Franja de Gaza desde que comenzó la guerra. Lo que demuestra que el ataque al convoy de WCK “no es un incidente aislado”, denunció ayer el coordinador humanitario de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Jamie McGoldrick.
José Andrés: los trabajadores muertos eran “lo mejor de la humanidad”
“Las siete personas que murieron en una misión de World Central Kitchen en Gaza el lunes eran lo mejor de la humanidad. No carecen de rostro ni de nombre. No son trabajadores humanitarios genéricos ni daños colaterales en la guerra”, ha asegurado el chef español José Andrés, el fundador de la ONG, en un artículo de opinión publicado hoy en el diario The New York Times.
En el artículo, titulado “Let People eat” (Dejar que la gente coma”), el chef español glosa la figura de los siete trabajadores asesinados y pide al Gobierno de Israel que “abra más rutas terrestres para alimentos y medicinas”, que “deje de matar a civiles y trabajadores humanitarios” y que “inicie hoy el largo camino hacia la paz”.
“En las peores condiciones, después del peor ataque terrorista de su historia, es hora de que aparezca lo mejor de Israel” -dice José Andrés -. “No se puede salvar a los rehenes bombardeando todos los edificios de Gaza. No se puede ganar esta guerra matando de hambre a toda una población”.
José Andrés se refiere también a la promesa del Gobierno israelí de “realizar una investigación sobre cómo y por qué fueron asesinados miembros de nuestra familia World Central Kitchen”.
De los 7 fallecidos, tres eran exsoldados británicos que, según el diario ‘The Sun’, eran contratados de la empresa de seguridad Solace Global con sede en Poole, suroeste de Inglaterra.
El resto son un palestino de 25 años una australiana de 43, un polaco de 35 y otro cooperante de doble nacionalidad de Estados Unidos y Canadá, de 33 años.