En Brasil dos estudios de recién nacidos con zika, publicados por ‘The Lancet’, aportan nuevas respuestas sobre las patologías que ocasiona el virus y preconizan nuevos métodos de diagnóstico.
En el primero, el vínculo entre virus y malformaciones congénitas queda mejor establecido. Y el segundo advierte que medir la circunferencia del cráneo para detectar microcefalias puede ser insuficiente para diagnosticar los daños del virus.
La presencia del virus fue detectada en el tejido cerebral de un bebé de dos meses fallecido en Brasil con microcefalia, en el de dos recién nacidos luego fallecidos y en la placenta de dos fetos que generaron un aborto espontáneo.
Su ulterior estudio en Atlanta (sureste de Estados Unidos) demuestra que la infección con virus del zika en el primer trimestre de embarazo puede provocar daño a nivel de la placenta y del feto.
El zika desató una ola de preocupación internacional al comprobarse su vinculación con casos de microcefalia, una malformación grave e irreversible en bebés nacidos de madres contagiadas con el mal.