La gastroenteróloga Robynne Chutkan, autora del libro ‘The Microbiome Solution: A Radical New Way to Heal Your Body from the Inside Out’, quien explica que ducharse diariamente con jabón nos hace más propensos a padecer enfermedades e infecciones.
El jabón que no es “trigo limpio”
El contacto regular con la suciedad acostumbra a nuestro sistema inmune a diferenciar los gérmenes beneficiosos de los perjudiciales. Cuando utilizamos jabones antibacterianos eliminamos de nuestra piel las bacterias que nos protegen de tener acné o eccemas, explica la doctora Chutka en su libro, quien agrega que las únicas partes de nuestro cuerpo que deberíamos lavarnos con jabón diariamente son las axilas y las ingles; para el resto, sería suficiente con un enjuague, incluso luego de haber sudado.
¿Tratáis de decirme que no es bueno que me lave las manos? No, desde luego. Sin embargo, los expertos recomiendan que utilicemos jabones orgánicos y que en épocas de gripes y resfriados, cuando el contagio suele ser frecuente, dediquemos no menos de 20 segundos a lavarnos con agua templada. Esto haría que solo los virus y las bacterias dañinos desaparezcan por el desagüe y no lo hagan todos, incluidos los buenos.