Mientras varios países de América Latina se acercan a ser declarados libres de Malaria, en África las buenas noticias no ocultan que el 90% de los casos registrados (212 millones en 2015) y el 92% de las muertes por la enfermedad se siguen produciendo en la región subsahariana de este continente. La Organización Mundial de Salud (OMS) ha presentado un informe sobre la evolución de la dolencia en el que se aprecian avances, pero se advierte de que la batalla no debe darse ni mucho menos por concluida.

En el último año se ha conseguido disminuir en un 21% el número de casos y en un 291% la mortalidad, pero, según los expertos del organismo internacional, los recursos para avanzar son insuficientes y el progreso resulta demasiado lento en los países más afectados. La enfermedad que sigue ocasionando 429.000 muertes cada año, de las que un 70 % corresponde a niños.

En África, la malaria sigue siendo un problema de salud pública. Según el organismo, se están detectando diferencias «sustanciales» en la cobertura del programa de prevención entre las distintas regiones debido, entre otros motivos, a la escasez de fondos y a que los sistemas sanitarios en zonas del África subsahariana son aún frágiles. La alta incidencia de la enfermedad en esta  área se debe, según la OMS, a que los hogares no suelen estar protegidos con mosquiteras tratadas y no han sido fumigados, principales medidas de control de los vectores transmisores de la enfermedad.

Además, el organismo ha informado de que el 36% de los niños que padecieron fiebre en 2015 en muchos países africanos no fueron llevados a un centro de salud como consecuencia de la escasez de recursos suficientes y de las dificultades que tiene este colectivo para acceder a los sistemas sanitarios.

Ahora bien, la organización ha informado de que en 2015 el 51% de los niños de 22 países africanos fueron diagnosticados de malaria, frente al 29% en 2010. Además, se multiplicó por cinco el número de mujeres que recibieron la cantidad de dosis de vacuna recomendada (sulfadoxina-pirimetamina), alcanzando la cobertura el 31% de las féminas, frente al 6% de 2010.

«Estamos viendo un progreso, pero el mundo sigue luchando para alcanzar los altos niveles de cobertura de los programas que se necesitan para luchar contra esta enfermedad», ha aseverado el director del Programa Mundial contra la Malaria de la OMS, Pedro Alonso.

 

 

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