La agencia sanitaria francesa ha decidido ‘suspender’ los implantes del corazón artificial desarrollado por la compañía Carmat luego de la muerte del quinto paciente en el que se había experimentado.

Se trata de una ‘suspensión’ de nuevos implantes en personas para investigar lo que ha sucedido y no del fin de la experimentación, precisó a Efe una portavoz de la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento y de los Productos Sanitarios (ANSM).

El anuncio de las autoridades llegó después de que Carmat señalara que el primer paciente del llamado estudio PIVOT, al que se le había colocado el corazón artificial a finales de agosto, había muerto.

La compañía francesa puntualizó en un comunicado que ‘los análisis efectuados no han mostrado la implicación de la prótesis en la muerte’.

En una primera fase previa, desde finales de 2013 hasta inicios de 2016, cuatro personas habían recibido el corazón artificial de Carmat.

Todos ellos fallecieron, pero en dos casos se había conseguido una supervivencia de más de 30 días desde el implante, y eso abrió el camino al lanzamiento del estudio PIVOT.

Carmat insiste ahora en que la prótesis ha funcionado ‘normalmente en las tres últimas implantaciones’ y por eso ‘no deja de crecer (su) motivación para aportar una alternativa a esos pacientes que se hallan en un callejón terapéutico total’.

La compañía argumenta que su propósito es ‘paliar la falta notoria’ de donaciones de órganos ‘de las que son víctimas decenas de miles de personas que sufren insuficiencia cardíaca terminal irreversible, los más enfermos de los 20 millones de pacientes con esta enfermedad evolutiva en Europa y Estados Unidos’.

 

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