La incontinencia urinaria en la mujer se puede presentar a cualquier edad, desde niñas hasta adultas mayores, y en ella intervienen múltiples factores: predisponentes (genéticos); iniciadores (parto); promotores (obesidad, menopausia, constipación y ocupacionales); y descompensadores (envejecimiento, enfermedades degenerativas).
Es un síntoma que se define como la pérdida involuntaria de orina (independientemente de si son unas gotitas o un chorro) en cualquier situación, con o sin esfuerzo, explica la doctora Rosmery Hernández, uroginecóloga. Dependiendo de la circunstancia, este problema puede clasificarse en incontinencia urinaria de esfuerzo, de urgencia, o mixta, y su tratamiento será en función de la causa. Si es algo temporal, como una infección, con solo recibir el tratamiento se resuelve.
“El tratamiento quirúrgico está dirigido casi exclusivamente a la incontinencia de esfuerzo debida, básicamente a una pérdida del soporte de la uretra, secundaria a los embarazos y parto. Sin embargo, algunas mujeres pueden presentarla aunque no hayan tenido hijos”, detalla Hernández.
La incontinencia de urgencia (vejiga hiperactiva) no requiere tratamiento quirúrgico, se trata con medicinas y técnicas de fisioterapia para piso pélvico, como biofeedback y estimulación eléctrica.
“No siempre se necesita cirugía… Algunas personas padecen incontinencia que no puede ser resuelta quirúrgicamente, e incluso puede empeorar si son sometidas a un procedimiento quirúrgico no indicado. Lo más importante es hacer adecuadamente el diagnóstico del tipo de incontinencia, para la cual muchas veces está indicado un estudio especial llamado urodinamia multicanal”.