Jerusalén (EFE).- El Ejército israelí atacó en la mañana de este lunes la escuela Jaled bin al Walid, ubicada en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja de Gaza, en el que es ya el tercer ataque contra un centro educativo en el enclave palestino en las últimas 72 horas.
El portavoz de la Defensa Civil gazatí, Mahmud Basal, confirmó que al menos tres personas (un padre, una madre y su hija) murieron en el bombardeo.
Basal anunció además la muerte de otras 5 personas en un ataque israelí contra una vivienda en Deir al Balah, en el centro de la Franja. Los muertos, según el portavoz, son una madre y sus cuatro hijos.
Ataques a otras dos escuelas el fin de semana
Ayer, el Ejército israelí bombardeó una escuela que acogía desplazados en el campamento de refugiados de Shati, cerca de la norteña Ciudad de Gaza, matando al menos a siete personas, según fuentes médicas gazatíes.
Y el sábado, en otro ataque contra un complejo escolar en la capital gazatí, 22 personas murieron, entre ellas 13 niños y seis mujeres.
Como siempre que ataca este tipo de centros, Israel aseguró en ambos casos que un grupo de milicianos del grupo islamista Hamás se encontraba en el interior, y dijo que tomó precauciones para evitar el daño a civiles en los ataques.
Condena del Gobierno de Hamás
El Gobierno de Hamás en Gaza condenó los ataques de los últimos dos días en un comunicado este lunes, en el que aseguró que más de 10.000 desplazados viven refugiados en las escuelas de Shati y de Nuseirat que fueron alcanzadas ayer y hoy por las bombas israelíes.
Según datos de las autoridades gazatíes, al menos 183 centros que acogen a desplazados, incluidas 163 escuelas, han sido atacadas por Israel desde que comenzó la guerra. Más de 1.000 personas han muerto en estos ataques.
“Pedimos a la comunidad internacional y a todos los organismos internacionales y de la ONU que presionen a la ocupación (Israel) para que deje de atacar centros de refugio y de desplazados y para que detenga el crimen de genocidio en la Franja de Gaza”, insistió el Gobierno gazatí.