Italia se encamina hacia un a prórroga de dos semanas de la actuales medidas restrictivas. Una dura batalla enfrenta a empresarios y sindicatos sobre la reanudación de las actividades productivas, cerradas en principio hasta el 13 de abril. Los industriales presionan al gobierno para que se inicie ya el día 14 la «Fase 2» con la apertura escalonada de las empresas. Los sindicatos atacan a la patronal porque, según ellos, «anteponen el beneficio económico a la salud». En medio está el primer ministro, Giuseppe Conte, que en una reunión con el comité técnico científico que asesora al Gobierno, reconoció que «se debe iniciar a disponer alguna medida (de apertura) para disminuir la presión».
Pero el comité técnico científico que asesora al Gobierno se muestra contrario a la apertura y aconseja aplazarla porque, si bien los datos de la epidemia mejoran, «todavía no se ha producido una disminución marcada de la curva epidémica», según manifestó el el vicedirector de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Ranieri Guerra.
Confinamiento al menos hasta el 2 de mayo
En estas condiciones, cuando las tensiones crecen y parece estar en juego la economía y la vida, el primer ministro Conte se ha decidido a prorrogar las medidas drásticas, con el cierre de las actividades no esenciales, durante otras dos semanas. La agencia de noticias ANSA, citando «fuentes cualificadas», informa de que habrá «una prórroga de 14 días de las restricciones y del aislamiento que estaban previstos en un decreto ley hasta el 13 de abril, con una ulterior prórroga del confinamiento en casa al menos hasta el 2 de mayo».
«Quizás –añade ANSA– haya solo apertura de pequeñas actividades después del 13». Es decir, descartada la reanudación de las actividades productivas, se discute la posible reapertura después del 13 de abril, como desea Giuseppe Conte, de algunas pequeñas actividades ligadas con la industria agroalimentaria y sanitaria. Pero el comité técnico sanitario se opone también a esta reapertura.
Cuestión de supervivencia
Empresarios y sindicatos han planteado la batalla como una cuestión de supervivencia. El grito de dolor de los empresarios de Lombardía, Véneto, Piamonte y Emilia-Romaña (las tres primeras gobernadas por la derecha y la cuarta por la izquierda) lo han reflejado un en comunicado, justo cuando se cumple un mes del bloqueo y cierre del norte de Italia: «Si las cuatro regiones del norte, que representan el 45% del Producto Interior Bruto (PIB) italiano no logran reiniciar en breve, el país corre el riesgo de apagar definitivamente el propio motor y cada día que pasa representa un peligro mayor para no volver ya a ponerlo en marcha».
Con el efecto de que «muchas empresas –añade el comunicado– no estarán en condiciones de pagar los salarios del próximo mes». Concluyen los empresarios pidiendo «un calendario para una reapertura ordenada».
Ataque sindical
En cambio los sindicatos piden la máxima cautela y exteriorizan su malestar y protesta contra «las presiones ciegas» de los empresarios. Francesca Re David, secretaria de FIOM-CGIL, principal sindicato metalúrgico, ha atacado muy duramente a la patronal: «Las presiones de Confindustria –la patronal italiana– y los industriales son ciegas; cuanto más larga sea la epidemia, más tiempo tardará en recuperarse la economía. La comunidad científica debe decirnos cuándo será el momento de reabrir».
Para el sindicalista, «las regiones del norte son precisamente los territorios en los que el desastre sanitario está impactando más, porque allí los cierres de las empresas no se hicieron de inmediato, y Bérgamo (un terrible foco de coronavirus) es la prueba».
Se impone el comité técnico científico
El primer ministro, Giuseppe Conte, tendrá que adoptar una decisión, tras volver a consultar al comité técnico científico, empresarios y sindicatos. Se espera que este viernes Conte se dirija nuevamente al país, para anunciar que seguirá el confinamiento en las casas y el mantenimiento de las draconianas restricciones durante otras dos semanas.
Los científicos consideran que es la mejor opción para consolidar el descenso de la curva epidémica y evitar que se esfumen los sacrificios realizados por los ciudadanos.
Fuente: ABC