Japón gastará casi 120 mil millones de dólares para estimular su desacelerada economía y ayudar a algunas de las zonas más afectadas por el tifón Hagibis, según lo anunció el primer ministro Shinzo Abe, el 5 de diciembre.
El nuevo plan de gasto busca solucionar una variedad de desafíos económicos que enfrenta el líder de años de Japón, quien ha basado su reputación en el crecimiento sólido del país después de años de estancamiento.
No obstante, si llega a ser aprobado, el paquete de estímulos mantendría el ciclo de préstamo y gasto de Japón para avivar el crecimiento y pagar los costos cada vez más altos de previsión social para una población que envejece con rapidez. El país ya tiene la deuda más grande en el mundo desarrollado en relación con el tamaño de su economía.
El gobierno de Abe ha prometido dar marcha atrás a la tendencia de préstamos. Hace tan solo dos meses, el Gobierno elevó el impuesto al consumo en el país para ayudar a apuntalar las finanzas japonesas, pero solo logró que se desplomaran las ventas minoristas.
Al anunciar el paquete tan anticipado de más de 13 billones de yenes en una junta del partido en el poder, su Partido Liberal Democrático, Abe comentó que las medidas económicas tenían como objetivo “superar los riesgos negativos” y ayudar al país a “mantener o mejorar la viabilidad económica” después de las Olimpiadas de 2020, que se llevarán a cabo en Tokio el próximo verano.
En estos últimos tiempos, Japón ha enfrentado problemas por el debilitamiento de la economía global y las desavenencias comerciales, que han dificultado la recuperación del país.