El sueño se alcanzó, ya no solo era alcanzar la libertad, ser reconocidos como nación independiente, para considerar en forma más completa esta sensación, ahora también el pueblo anhelaba contar con algo que les representara.

Una vez, se logró la confección de la Bandera Nacional y su aceptación, el día 20 de diciembre de 1903, se dio de modo formal denominó como el bautizo de este emblema patrio. Como padrinos fueron distinguidos el Dr. Gerardo Ortega con doña Lastenia de Lewis y don José Agustín Arango le correspondió con doña Manuelita M. de Arosemena.

Para esta gestión recayó la distinción al Rev. Fray Bernardino de la Concepción García, dar la bendición.

Además de esta significativa acción, a la postre, la Asamblea Constituyente, mediante Ley 64 de 1904, adopta de forma provisional la Bandera. No obstante, la adopción definitiva aconteció a través de la Ley 4 de 1925, generada en la Asamblea Nacional, y se ratificó su adopción por Ley 28 de marzo de 1941.