A la alteración en la coagulación de la sangre ocasionada por un defecto genético ligado al cromosoma X se le conoce como hemofilia, una enfermedad que transmite la madre sana al hijo varón.
‘Las personas con hemofilia no tienen suficiente factor de coagulación, una proteína de la sangre que controla las hemorragias. La severidad de la hemofilia de una persona depende de la cantidad de factor faltante. Un hemofílico no sangra más rápido que otra persona, sino que el sangrado podría durar más tiempo de lo normal y esa persona si no es atendida a tiempo podría morir’, expresó el hematólogo Danny Ugalde Solera, durante el Foro Salud, Conocimiento e Innovación (SCI) Pfizer, efectuado en Costa Rica.
El hematólogo explicó que entre las principales manifestaciones de hemofilia están los sangrados en cualquier parte del cuerpo; pero el peligro radica en hemorragias internas no controladas, surgidas de forma espontánea o a causa de una lesión.
‘Los sangrados en las articulaciones y músculos son los que causan al paciente más dolor, daño articular severo y discapacidad a largo plazo’, agregó.
Según la Federación Mundial de Hemofilia (FMH), este trastorno afecta a una de cada diez mil personas. Quienes la padecen presentan insuficiencia de factor VIII de coagulación (hemofilia A) o factor IX (hemofilia B) en su sangre.