La movilización social contra la reforma de las pensiones entró en su segunda semana en Francia y podría prolongarse hasta Navidad pese a numerosos llamados al “diálogo” del gobierno.

Lejos de calmar los ánimos, el proyecto que presentó el miércoles el primer ministro Edouard Philippe ha suscitado la oposición frontal de todos los sindicatos, incluso de aquellos que apoyaban hasta entonces el principio de la reforma, que han pedido que la huelga y las protestas aumenten y se extiendan.

“Es una reforma de refundación antes que nada”, declaró este viernes el presidente de Francia, Emmanuel Macron, evocando un proyecto “histórico para el país”, en respuesta a las preguntas insistentes durante una conferencia de prensa en Bruselas.

“La única solución es trabajar un poco más de tiempo (…), como ocurre en el resto de Europa”, agregó el mandatario.

Este viernes, en las carreteras y en los transportes públicos, el tráfico seguía fuertemente perturbado, especialmente en la región parisina, donde nueve líneas de metro permanecían cerradas y más de la mitad de las líneas de autobuses no circulaba.

AFP