Teherán/El Cairo (EFE).- La tensión en Oriente Medio se ha incrementado un poco más después de que Irán atacara con misiles objetivos del grupo terrorista Estado Islámico (EI) y “espías del régimen sionista (Israel)” en Siria e Irak, para “vengar” a las víctimas del atentado de Kerman, el pasado 3 de enero.
La Guardia Revolucionaria comenzó los ataques de madrugada, poco después de la medianoche, y lanzó un total de 24 misiles “Kheibar Shekan” (Destructor de castillos) contra objetivos “antiiraníes” en Siria e Irak, que han causado al menos cuatro muertos en el Kurdistán iraquí, según un comunicado del cuerpo militar.
Once de esos misiles fueron lanzados contra el “cuartel general del Mossad” israelí en Erbil, la capital de la región iraquí, en el que murieron cuatro espías de Israel, según la versión del cuerpo de élite.
Fuentes de seguridad iraquíes confirmaron a EFE que al menos ocho misiles cayeron cerca del consulado de EE.UU.
Los otros 13 misiles estuvieron dirigidos contra objetivos en Siria del EI, grupo que reivindicó el doble atentado de Kerman que causó 94 muertos, cerca de la tumba de Qasem Soleimani, un general de la Guardia Revolucionaria asesinado por EE.UU. en 2020 en un bombardeo en Irak.