L os calambres muchas veces no avisan y el riesgo de sufrirlos es alto cuando hacemos ejercicio, en especial cuando exigimos a nuestro cuerpo al máximo esfuerzo.

Las mujeres que usan zapatos de tacón o aquellas personas con una baja condición física igualmente están expuestas a sufrir estos espasmos involuntarios en los que el músculo se contrae de tal manera que resulta casi imposible relajarlo.

Si bien cualquier músculo puede sufrir un calambre , los más comunes son los que están en las piernas como el gastrocnemio en la pantorrilla, popularmente conocido como gemelo, y los del muslo, tanto el cuádriceps como el tendón de la corva.

Las piernas son la parte del cuerpo donde se suele sufrir más calambres, como suceden en los partidos de fútbol o carreras de larga distancia.

El dolor puede ser fugaz o durar unos minutos, pero en algunos casos se puede extender por un tiempo más prolongado, lo que requerirá el consumo de fármacos para forzar la relajación del músculo contraído

Si bien los científicos aún no conocen por qué ocurren los calambres, sí han determinado dos escenarios en los que se producen más frecuentemente.

-El más común es cuando se hay fatiga de los músculos luego de una larga sesión de ejercicios o cuando se practica un deporte.

-La falta de hidratación también es una de las principales razones, así como activar de manera repentina el cuerpo luego de llevar un estilo de vida sedentario.

 

 

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