Nos hemos habituado a las colas en los supermercados en los dos últimos meses. Ahora crecen otras que pasan más desapercibidas en las ciudades, pero seguramente son las colas más tristes que se hacen en estos tiempos del coronavirus: están ante los Montes de Piedad de toda Italia. T ras casi dos meses de actividades bloqueadas, con algunos salarios congelados o pérdida de empleo, la gente hace colas interminables para empeñar el oro y recuerdos de familia. Detrás de cada persona que espera en la cola hay una historia dramática o una urgente necesidad de dinero contante: «Mi anillo de bodas para pagar el funeral de mi marido», dice Concetta, 78 años, de Turín.

La gente se despierta al alba para ser los primeros en la cola. A las 6 de la mañana suele haber ya 30-40 personas, que aumenta hasta el centenar a las 8, frente al Banco San Paolo, el banco de empeño, en via Botero 9 de Turín, abierto desde las 9 hasta las 13, pocas horas para una cola interminable, por lo que muchos se verán obligados a volver al día siguiente. « Mejor que pasar hambre, hacemos esto», es decir, vender las últimas joyas de familia de casa»,· declara una señora a La7.

«Si me descubre mi marido, me mata»

«Tengo que dejar el oro; he venido a escondidas, si mi marido lo descubre me mata, pero tenemos necesidad de dinero, de inmediato, no se puede reenviar hacer la compra» dice otra señora a La Stampa. Como ella, otra mujer confiesa en la fila que acudió sin avisar a los hijos: «¿Cómo puede una madre admitir que se ve obligada a vender los collares y joyas para comprar la comida?» Los medios italianos se están haciendo eco de este drama de muchas familias ante las colas de los Montes de Empeño de toda Italia.

Rito centenario

En Roma este rito centenario de empeñar algunas pertenencias para obtener alguna suma en metálico (hoy con el nombre del banco Unicredit) se encuentra en la céntrica Plaza del Monte de Piedad, a dos pasos de Campo dei Fiori. Como en todas las colas que se ven en los bancos de empeño en Italia, también en Roma la mitad son hombres, mitad mujeres, de edad media alta, con mascarilla. En todos se advierte un aire de dolor, urgencia, esperanza y también vergüenza porque casi nadie quiere revelar su propio drama y angustia.

«¿Es la primera vez que viene, señora?» La respuesta suele ser con monosílabos o con un gesto que viene a decir «a usted no le importa». Una persona en los cincuenta confiesa que acude al Monte de Piedad porque necesita liquidez inmediata y en el banco no obtendría el préstamo o se lo darían con retraso. Aquí solo es necesario presentar un documento de identidad y un objeto de valor.

Los clientes han aumentado al menos en un 30%, en algunos lugares hasta casi el 50%, reconocen en Affide, la más grande sociedad en el sector de los préstamos con empeño, autorizada por en Banco de Italia. Varía el tiempo de la póliza y los intereses, según diferentes bancos de empeño: el depósito suele ser de tres, seis o nueve meses, renovable hasta 6 años, con tipo de interés anual que llega hasta el 11-12 por 100. Cuando no se puede renovar, el objeto se envía a subasta. Un estudio de Doxa, sociedad de investigación del mercado, indica que cada familia italiana tiene hasta siete joyas en casa, pero solo utiliza una o dos. El precio del oro de ley de 18 quilates oscila entre 19 y 20 euros el gramo, el oro de 24 quilates se valora entre 24 y 26 euros el gramo, precio que oscila cada semana.

El primer Monte de Piedad nació oficialmente en Italia en 1462 en Perugia, tierra de San Francisco de Asís, por iniciativa precisamente de los franciscanos para evitar que la gente fuera víctima de los usureros.Han pasado más de cinco siglos. Hoy como entonces, miles de personas, acuden a los Montes de Piedad con la misma angustia: La pesadilla de la pobreza. Dice el Istat (Instituto oficial de estadística) que en Italia hay casi diez millones de pobres. Por desgracia, la cifra aumentará con el coronavirus.

Fuente: ABC