Jerusalén (EFE).- El número total de muertos en la Franja de Gaza desde el estallido de la guerra el pasado 7 de octubre llega ya a 33.797 tras sumarse otros 68 fallecidos por bombardeos israelíes en las últimas 24 horas, según informó este lunes el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás.
El fuego israelí causó también heridas a al menos 94 personas que fueron trasladadas a los hospitales que siguen funcionando en el enclave palestino, tras más de seis meses de ofensiva de las tropas israelíes.
La situación de los centros hospitalarios es crítica
En este sentido, el Ministerio de Sanidad hizo un llamamiento este lunes para que la comunidad internacional y las diferentes instituciones sanitarias establezcan más hospitales de campaña en el norte de Gaza, zona donde el principal complejo médico, el Al Shifa, quedó fuera de servicio hace unas semanas tras el asedio de las tropas israelíes.
La situación de la mayoría de los centros hospitalarios es crítica y solo 12 de ellos, seis en el norte y otros seis en el sur del enclave, funcionan, según detalló el Ministerio de Sanidad.
En Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, hoy el hospital Al Amal ha vuelto a funcionar, pero solo de manera parcial en tareas de recepción y emergencia, tal como informó la Media Luna Roja Palestina (MLRP).
“Sigue siendo imposible operar en el resto de los departamentos debido a los graves daños tras la incursión militar israelí en sus instalaciones”, indicó la MLRP en un comunicado.
Este centro hospitalario había dejado de funcionar por completo el pasado 26 de marzo, después de que las fuerzas israelíes obligaran a los equipos médicos y a los heridos a evacuarlo y cerraran sus entradas con barreras.
También el hospital Naser, ubicado en esta ciudad sureña, está fuera de servicio desde finales de marzo por otra incursión del Ejército israelí.
Un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF), que visitó este centro el pasado 21 de marzo, aseguró recientemente a EFE que el edificio está totalmente sucio y con muchos daños, y detalló que ahora solo alberga a algunos desplazados internos, principalmente antiguos empleados que se han quedado sin casa por los bombardeos.