María Ossa de Amador, fue una figura simbólica para lo que representó el patriotismo panameño. Casada con uno de los más trascendentales promotores y mantenedores de la conjura patriótica, el doctor Manuel Amador Guerrero, no cabe duda que tuvo una acción decisiva, en lo que concerniente al movimiento que condujo a la proclamación de la República de Panamá, puesto que fue protagonista de un episodio simbólico, en todo el proceso político de esa época que fue: la confección de la primera bandera panameña.
Para esta gestión, se hizo necesario elaborar las dos primeras banderas de Panamá y de esta manera evitar sospechas. Es por ello que se recurrió a telas de lanillas, que fueron adquiridas en diversos lugares: la blanca se obtuvo en el Bazar Francés; la azul, en La Dalia y la roja, en La Villa de París.
Para esta actividad, se puso de acuerdo con su cuñada Angélica B. de Ossa y la noche del 2 de noviembre entraron a una casa abandonada de noche y allí, con lámpara de kerosene y una máquina de coser portátil, cosen las dos primeras banderas de 2.25 X 1.50 metros. Posteriormente fue paseada y logró la aceptación del pueblo.