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El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) prorrogó por solo seis meses su misión en el Sáhara Occidental (Minurso), un movimiento forzado por Estados Unidos (EE.UU.) para presionar a Marruecos y al Frente Polisario con el fin de que avancen en las negociaciones para poner fin al conflicto.
Como ya hiciera el pasado abril, Washington insistió en acortar el mandato de la Minurso, que habitualmente se extiende por un año, como fórmula para evitar el statu quo y animar a las partes a desbloquear el proceso político.
Marruecos, el Frente Polisario, Argelia y Mauritania han aceptado participar el próximo mes de diciembre en una ‘mesa redonda’ organizada en Ginebra por el enviado de Naciones Unidas, Horst Köhler, para tratar de volver a poner en marcha las negociaciones.
Será la primera vez que el Gobierno de Rabat y el Polisario se reúnan bajo los auspicios de la ONU desde 2012.
En su resolución, el Consejo acogió con beneplácito ese compromiso y urgió a las partes a reanudar las negociaciones.
El objetivo, según el máximo órgano de decisión de la ONU, debe ser lograr ‘una solución política, justa, duradera y aceptable para las partes, que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental’.
EE.UU. logró sacar adelante su resolución a pesar de que otros miembros del Consejo preferían extender el mandato de la Minurso.