A diferencia de la artritis reumatoide, que es una enfermedad inflamatoria sistémica crónica que causa dolor, hinchazón y rigidez en las articulaciones, la artrosis u osteoartritis es una enfermedad degenerativa, un desgaste de causa espontánea que aparece después de los 50 años y que afecta articulaciones pequeñas (por ejemplo, en las manos) y grandes (rodilla, cadera).
La artrosis es la enfermedad articular más frecuente y afecta cerca del 50% de los mayores de 60 años. En las mujeres se suele manifestar en edades más tempranas.
Igualmente puede darse prematuramente en personas con predisposición genética, factores de riesgo o quienes sobreutilizan ciertas articulaciones, como un deportista de alto rendimiento o un bailarín.
El Dr. Óscar Luis Rillo, del Hospital General de Agudos Dr. Ignacio Pirovano en Argentina y miembro del grupo de estudio sobre osteoartritis de la Sociedad Argentina de Reumatología, menciona como ejemplo que un futbolista puede tener artrosis de rodilla o de cadera, y un tenista, en el codo.
En cambio, la artrosis asociada a la edad no afecta el codo, ni el tobillo o el hombro tan seguido como las rodillas, la cadera o las manos.
El especialista, que participó en el XIX Congreso de la Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología (Panlar) en Panamá, recomienda la consulta temprana, el evitar factores de riesgo como el exceso de peso y tratar de que el paciente cumpla con el tratamiento para no tener dolor y que pueda volver a su actividad diaria o trabajo.
Los adultos mayores muchas veces tienen otras condiciones, como hipertensión u obesidad, las cuales dificultan implementar un tratamiento.
Los antiinflamatorios en ese grupo etario a veces están contraindicados porque suben la presión o afectan el riñón. “Hay que tener mucho cuidado, el tratamiento del dolor no puede ser una cosa masiva, sino muy personalizada”, señala el Dr. Rillo.