Para el partido de esta noche entre la Selección Nacional de Panamá frente a Trinidad y Tobago en las eliminatorias de CONCACAF para el Mundial Rusia 2018, el estadio Rommel Fernández recupera su esplendor con productos químicos y sobre todo el empeño y disposición de los expertos que se combinaron para que el engramado esté listo para este crucial encuentro.
A finales de mes de julio la cancha del templo del fútbol panameño lucía un horrible doble tono, afectado principalmente por un hongo, lo que presagiaba un escenario nada apto para un desafío de magnitud mundialista, programado para el 5 de septiembre.
A pesar del mal estado de la grama, en ese momento Néstor Córdoba, como encargado del mantenimiento de la cancha de este emblemático coliseo no mostraba preocupación, por el contrario reflejaba confianza que se tendría listo para el desafío entre trinitarios y panameños.
Para llegar a este objetivo el Instituto Panameño de Deportes, para bajar la intensidad del uso del estadio tomó la decisión de utilizar el Rommel Fernández sólo para partidos importantes, tomando en cuenta los que se disputaban en la fase de grupo del torneo de clubes de CONCACAF.
Hoy a pocas horas del juego Panamá – Trinidad y Tobogo, se puede decir “misión cumplida”. Córdoba como artífice de este hecho se siente complacido de rendirle a Panamá. “Además del partido, con una cancha también estaba en juego el prestigio del país”, resaltó con emoción y orgullo.