EFE
Haití vivió ayer una jornada de tensa calma en el primero de los días de huelga general convocada por los sindicatos tras la violencia callejera desatada luego de que el Gobierno anunciara un incremento en el precio de los combustibles que finalmente dejó sin efecto el sábado.
La capital está prácticamente paralizada, por lo que es muy reducida la presencia de personas en las calles, sometidas ahora a un proceso de limpieza por parte de las autoridades tras las barricadas y el encendido de neumáticos y basura. Las personas, además, han optado por permanecer en sus casas por precaución, mientras que por las calles solo circulan vehículos privados, ya que el transporte colectivo está paralizado. La violencia callejera se desató el viernes pasado en Puerto Príncipe cuando el Gobierno anunció que al día siguiente entraría en vigor un fuerte incremento del precio de los combustibles, como parte del paquete de ajustes que firmó en febrero último con el Fondo Monetario Internacional (FMI).