Ciudad Juárez (México) (EFE).– Un operativo de las autoridades mexicanas en la frontera norte orilló este miércoles a 2.000 migrantes al río Bravo, compartido con Estados Unidos, en un episodio que refleja la creciente ola migratoria reciente.

Las advertencias del Instituto Nacional de Migración (INM) de México y de la Policía de Ciudad Juárez provocaron que los extranjeros cruzaran durante la madrugada el río, donde permanecieron entre las aguas negras del drenaje y el cerco de alambre de navajas que instaló la Guardia Nacional de Texas.

Los migrantes, que llevaban al menos una semana a bordo del tren o caminando, clamaron por agua y alimento, pues temían que al cruzar al lado mexicano los detuviese el INM.

Una migración ordenada

César Omar Muñoz, secretario de Seguridad Pública de Ciudad Juárez, dijo que no les permitirían pernoctar en el área mexicana, y que cuando se acercaron a darles información sobre albergues y alternativas los migrantes se asustaron y cruzaron al lado estadounidense.

“La opción no es quedarse a dormir ahí, hay más opciones que podemos darles nosotros de este lado para poderlos auxiliar, ellos temen que la presencia de nosotros es porque nos los vamos a llevar y no, solo vamos a darles información”, afirmó a los medios.

Manuel Alfonso Marín Salazar, titular del INM en Chihuahua, prometió que cualquiera puede tramitar su residencia permanente en México.

“Estamos apuntando a una migración ordenada, sabemos que no es un lugar para estar, para dormir, vienen muchos niños. Entonces tenemos que cuidar la integridad de las personas, hay lugares dónde quedarse, hay formas ordenadas para solicitar el refugio y el asilo en Estados Unidos y es lo que estamos buscando”, aseguró.

La situación refleja el “aumento sin precedentes de personas migrantes en Centroamérica y México”, como advirtió la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) la semana pasada.