Roma (AFP) |

La Fiscalía de Roma acusó de homicidio involuntario a dos oficiales de la Armada y la Guardia Costera italiana tras el naufragio ocurrido en 2013 en el que murieron más de 260 migrantes, informaron este lunes fuentes judiciales.

La juez Bernadette Nicotra decidió que tenía elementos suficientes para abrir el juicio contra los oficiales Leopoldo Manna, comandante de la Sala de Operaciones de la Guardia Costera y Luca Licciardi, comandante de la Sala de Operaciones de la Armada.

El juicio comenzará el 3 de diciembre y tiene en cuenta las denuncias de los sobrevivientes, por la tardanza en el rescate.

El 11 de octubre de 2013, el centro de coordinación de la Guardia Costera italiana en Roma recibió a las 12H39 un primer llamado para el rescate de un barco que se estaba yendo a pique con casi 480 sirios y palestinos a bordo, entre ellos un centenar de niños.

Durante varias horas, las autoridades de Italia y Malta intercambiaron llamadas sin movilizar a sus efectivos.

La patera estaba en el área de búsqueda y rescate de Malta, pero a sólo 60 millas marinas de la isla italiana de Lampedusa y, sobre todo, un buque militar italiano, el “Libra”, estaba a menos de 45 minutos.

Alrededor de las 16H00 un avión de reconocimiento del ejército maltés vio al barco en apuros e intentó sin éxito advertir al “Libra”. Una hora después, el barco volcó. Una lancha maltesa llegó poco después, y el “Libra” finalmente se movilizó alrededor de las 18H00.

Entre la primera llamada y la última pasaron más de cinco horas, pero cuando ambos países entraron en acción, la embarcación ya se había hundido y los emigrantes estaban en el agua.

La tragedia terminó siendo conocida como ‘el naufragio de los niños’. Unas 212 personas fueron rescatadas, 26 murieron y más de 240 desaparecieron, incluidos 60 niños.

La denuncia, presentada en Italia por los sobrevivientes, estuvo estancada durante mucho tiempo, hasta que un documental del periodista Fabrizio Gatti, estrenado en octubre de 2017, aportó las grabaciones de las conversaciones entre los servicios de rescate y la patera.

La aparente indiferencia de los oficiales a cargo ese día de las operaciones de salvamento determinó la acusación de omisión del deber de socorro.

En abril pasado, un grupo de familiares de las víctimas del naufragio fue recibido por el papa Francisco al término de la audiencia semanal de los miércoles. Algunos de ellos contaron el drama vivido entre cuerpos que flotaban.

Para el abogado Arturo Salerni, representante de las víctimas, “no se actuó correctamente, ya que la marina militar italiana estaba a pocas millas del lugar del naufragio”.