EFE/AP El Cairo/Dubái

 

El ataque a dos buques cisterna en el estrecho de Ormuz, del que Estados Unidos ha responsabilizado a Irán, ha vuelto a aumentar la temperatura en una región que vive en tensión tras un incidente similar el mes pasado, mientras los precios del petróleo experimentaban fuertes alzas.

Dos barcos, uno propiedad de un armador noruego y otro japonés bajo bandera panameña,, sufrieron ayer impactos y explosiones mientras salían del estrecho de Ormuz a unas 30 millas de la costa iraní.

A primera hora del día, el comando de la V Flota de Estados Unidos, con base en Baréin, confirmaba que estaba prestando “asistencia” a dos buques “atacados”, tras recibir dos llamadas de socorro. Posteriormente, el comando militar informó que de que el “USS Bainbridge”, un destructor de la clase Arleigh Burke con misiles guiados que operaba en la zona, acudió al rescate y la tripulación de uno de los dos barcos se encontraba ya a bordo de la embarcación estadounidense.

Estados Unidos responsabilizó a Irán de los ataques perpetrados contra los dos barcos petroleros y acusó a la nación árabe de emprender una campaña para “escalar las tensiones” en una región crucial para el abastecimiento mundial de energía.