Las tensiones que rodearon la convención nacional republicana cedieron, dando alivio al final del encuentro político de la víspera, que terminó en calma, con apenas dos decenas de arrestos en cuatro días, gracias a una presencia masiva de la policía y a las precauciones de los manifestantes por su propia seguridad.

Funcionarios municipales y policías que estaban preparados para protestas masivas y violencia sonaron confiados al cerrar la convención el jueves por la noche.

“Estábamos nerviosos”, dijo la portavoz de la Policía de Cleveland, Jennifer Ciaccia. “Nos entrenamos aquí para asegurarnos de que la gente estaría segura”.

Las manifestaciones que muchos temían que llevarían a batallas entre policías y manifestantes se volvieron a veces casi escenas de feria, con manifestantes vestidos de monjas en zancos y otros tocando tambores.

Hubo momentos de tensión e intercambios furiosos cuando anarquistas, antimusulmanes y procapitalistas llenaron la céntrica Public Square, pero la mayoría de la gente pareció llevarse bien.

Policías estatales de Indiana jugaron  ping pong  con gente en la plaza, tres agentes patearon un balón de fútbol con un grupo de niños y el jefe de la Policía se sumó a manifestantes una tarde en un círculo de oración.

El jueves por la noche, la Policía dijo que el total de arrestos desde el lunes fue de apenas 24, 17 de ellos a causa de una trifulca que estalló el miércoles cuando algunos manifestantes quemaron una bandera estadounidense.

En los días previos a la convención, algunos funcionarios del orden temían que habría centenares de arrestos diarios.