La máxima corte de apelaciones de Egipto ordenó este jueves la repetición del juicio al derrocado presidente Hosni Mubarak por acusaciones de que no detuvo el asesinato de cientos de manifestantes durante la insurrección de 2011 que puso fin a sus 29 años en el poder. 

El fallo emitido este jueves fija el 5 de noviembre como la fecha en que dará comienzo el nuevo proceso, cuyo veredicto será inapelable. Sería la tercera vez que Mubarak es juzgado por los hechos de 2011. 

Desde su arresto en abril de 2011, Mubarak, que tiene 86 años y padece problemas de salud, ha pasado periodos internado en varios hospitales. Ahora vive en un hospital militar a orillas del Nilo en un barrio residencial de El Cairo. 

Hace seis meses, una corte penal desestimó los cargos de asesinato que pesaban sobre Mubarak en relación con la muerte de los manifestantes, declarando que el caso era “inadmisible” debido a un tecnicismo. 

El fallo fue un revés para los jóvenes activistas que encabezaron la Primavera Árabe de enero y febrero de 2011. Muchos de ellos están presos o se han retirado de la política ante la ola represiva del gobierno actual. 

El juez Mahmoud al-Rashidi fundamentó su fallo en que los mismos fiscales que pidieron el juicio, habían pedido dos meses antes que no se presentaran cargos contra el presidente cuando demandaron al jefe de seguridad y seis colaboradores jerárquicos de Mubarak. 

Este jueves se rechazó un pedido de nuevo juicio al jefe de seguridad y seis jefes policiales. 

La matanza de casi 900 manifestantes durante la insurrección de 18 días sigue siendo un asunto contencioso, ya que activistas y grupos defensores de los derechos humanos exigen que la policía rinda cuentas. Decenas de agentes acusados de asesinatos han sido absueltos o han recibido condenas leves o en suspenso. 

Mohammed Morsi, un conocido islamista, ganó las primeras elecciones presidenciales libres en 2012, pero al cabo de un año las fuerzas armadas lo derrocaron en medio de protestas masivas que exigían su renuncia. Abdel-Fata el-Sisi, quien como jefe militar encabezó el derrocamiento de Morsi en julio de 2013, fue elegido presidente hace un año.