Las principales ciudades argentinas se paralizaron hoy por la huelga convocada por sindicatos argentinos, principalmente del transporte de pasajeros y de carga, para exigir al Gobierno cambios en el impuesto que grava los salarios.

Los trenes, autobuses y el metro dejaron de funcionar a medianoche y eran muy pocos los taxis que circulaban a primera hora por Buenos Aires y también en grandes capitales provinciales como Rosario, Córdoba y Mendoza.

Todos los vuelos nacionales y regionales programados para hoy en el Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires fueron cancelados, mientras que una decena corrieron la misma suerte o fueron desviados en el aeropuerto internacional de Ezeiza, a las afueras de la capital argentina.

Agrupaciones de izquierda cortaron los principales puntos de acceso a Buenos Aires, lo que impidió también la entrada a la ciudad de miles de trabajadores que viajaban en su propio vehículo.

El transporte de carga, portuario y la recogida de basuras también quedaron interrumpidos, mientras que los hospitales atienden solo urgencias y bancos y tribunales permanecen cerrados.

Los sindicatos demandan modificar el impuesto a las Ganancias, aplicado a los salarios superiores a los 15.000 pesos (1.700 dólares), un reclamo al que se opone el Gobierno bajo el argumento de que sólo afecta “al 10% de los trabajadores” con mejores sueldos.

“La huelga es total”, celebró esta mañana el titular de la Confederación General del Trabajo Azul y Blanca, Luis Barrionuevo.

Desde el Gobierno, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, volvió a tildar de “político” el paro y aseguró que “hubiera trabajado el 95% de la gente, pero no pueden porque no tienen con qué viajar”.