Israel liberó a Malak al Jatib, de 14 años, acusada de haber querido atacar a soldados en los territorios ocupados por el Estado israelí y convertida en un símbolo por ser la presa palestina más joven.

Malak al Jatib fue liberada en la ciudad cisjordana de Tulkarem y recibida por sus padres, parientes y el alcalde, antes de trasladarse a su hogar, en el pueblo de Beitin, a unos 40 kilómetros de allí, constató la AFP.

Malak fue arrestada el 31 de diciembre y un tribunal militar la condenó a dos meses de cárcel.

Cada año, la organización de protección de la infancia Defense for Children International cifra en un millar los niños palestinos detenidos por Israel en los territorios ocupados.

El Club de los Prisioneros, que defiende a los 6.500 presos palestinos en cárceles israelíes, contabiliza unos 200 menores entre ellos.

A principios de este mes, solo cuatro eran niñas, pero era el número más elevado desde hace años, según la portavoz Amani Sarahneh.

El caso de Malak, condenada a dos meses de prisión, ha indignado a los palestinos, no solo porque es una niña, sino por su edad.

Según el acta de acusación, Malak “recogió una piedra” cerca de la carretera 60, utilizada por colonos israelíes, cada vez más numerosos en la Cisjordania ocupada. “Tenía un cuchillo para apuñalar a cualquier soldado que viniera a detenerla”, afirmaron en su declaración los cinco oficiales israelíes que la detuvieron.

Después de tres semanas de detención preventiva, Malak fue juzgada el 21 de enero por el tribunal militar de Ofer, que la condenó a dos meses de cárcel y a una multa de 1.500 dólares, basándose en una supuesta confesión de la adolescente.