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Amán (EFE).- Jordania y su complicada tesitura geopolítica quedaron expuestas tras el ataque de Irán contra Israel, que forzó al reino hachemita a interponerse entre ambos, mientras el Gobierno de Benjamín Netanyahu destruye Gaza, amenaza con expulsar a los palestinos e ignora los pedidos de Amán para un alto el fuego.

El derribo sobre Jordania de drones y misiles que iban dirigidos a Israel, a expensas de que algunos de ellos cayeran sobre la población local y el costo económico que eso supone, abrió un debate entre quienes sostienen que el país solo defendió su soberanía y previno una escalada del conflicto sin vulnerar su apoyo a la causa palestina y quienes ven que solo ayudó a Israel, que incumple sistemáticamente todas las normas internacionales.

En las últimas semanas han sido frecuentes las protestas y manifestaciones en el país árabe en favor de Palestina, así como las críticas por las gestiones de Amán ante las acciones de Israel en Gaza, pese a que Jordania y el rey Abdalá II han sido los más infatigables críticos de Netanyahu.

Medios y autoridades iraníes también han criticado duramente a Amán como “defensor” de “la entidad sionista”.