Miles de argentinos marcharon por la capital en reclamo de respuestas sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman.

Con banderas argentinas y carteles con las leyendas “¡Justicia!” y “¡Verdad!”, los manifestantes se dirigían desde el palacio del Congreso hacia la emblemática Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, sede del Ejecutivo.

La denominada marcha del silencio, convocada por un grupo de fiscales federales bajo la consigna “Justicia por Nisman”, la encabezó entre otros la exesposa y las hijas del fiscal muerto.

Blanca Pérez, de 81 años, dijo que en su opinión Nisman fue asesinado y el Gobierno debe responder por ello. “Si se nos va la justicia, se nos va la libertad”, alegó

Nisman fue hallado muerto el 18 de enero, día en que debía presentarse ante el Congreso para explicar la denuncia contra la presidenta Cristina Fernández y altos funcionarios del Gobierno por un supuesto encubrimientos a iraníes responsables del atentado contra la mutual judía AMIA en 1994.

La muerte del fiscal generó indignación en amplios sectores de la sociedad y fue un duro golpe para la credibilidad de la presidenta, quien en el último año de su gobierno enfrenta otras denuncias por corrupción. Este malestar es otro elemento que influirá en el éxito de la marcha por Nisman, que ya ha tenido réplicas en Australia y países de Europa.

“Nuestra presencia se orienta a rendir reconocimiento a la persona que fue y al funcionario cuya incondicional y valiente entrega al trabajo destacamos”, señaló en un comunicado la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, exesposa de Nisman y madres de sus dos hijas.

Líderes de la oposición y representantes de organizaciones sociales y religiosas así como también intelectuales anunciaron su adhesión a la movilización. También llegó a Buenos Aires una delegación de la Asociación de Fiscales de Chile y de la Asociación Internacional de Fiscales.

“Creemos que es sumamente importante llamar la atención sobre lo que puede ocurrir en países vecinos”, dijo Marcelo Leiva, vicepresidente de la organización chilena en diálogo con radio Cooperativa.

La labor de los fiscales “es bastante compleja, muchas veces expuesta a diversos tipos de amenazas”.

Si bien los organizadores insistieron que la marcha es “apolítica”, el Gobierno la calificó como una protesta opositora que tiene por objetivo desestabilizar al gobierno de Fernández.

Tras un mes de la muerte de Nisman, la justicia todavía no determinó si el fiscal se suicidó o lo asesinaron.