MADRID, (EUROPA PRESS) –

 

La Iglesia de la Unificación, el grupo religioso de origen surcoreano al que pertenece la madre del autor del asesinato del ex primer ministro japonés Shinzo Abe y al que el asesino confeso ha culpado de llevar a la bancarrota a su familia, ha confirmado que la mujer es una de sus miembros, pero niega haberla presionado para hacer donaciones cuantiosas.

Tetsuya Yamagami, que confesó el fin de semana que su primera intención era la de matar al líder de ese grupo por haber arruinado a su familia, ha indicado que había planeado con antelación el ataque y ha reconocido que había visitado otros lugares donde Abe había pronunciado discursos durante su campaña.

Tomihiro Tanaka, presidente de la rama japonesa del grupo religioso, ha indicado este lunes que la Iglesia de la Unificación estaba al tanto de que la familia de Yamagami se había quedado sin dinero, pero ha rechazado la idea de haberla forzado a seguir haciendo donaciones. Además, ha confirmado que Yamagami nunca ha sido miembro de la secta.

Su madre, sin embargo, se unió al grupo en 1998 y se quedó sin dinero en 2002. Entre 2009 y 2017 no tuvo relación alguna con el grupo, pero volvió a asistir a los eventos organizados por el mismo hace dos o tres años.

La Iglesia de la Unificación, cuestionada en anteriores ocasiones por su sistema de donaciones, ha asegurado que llevó a cabo una reforma interna en 2009, cuando su jefe admitió varios problemas a la hora de cumplir con la legislación vigente.

En relación con el asesinato de Abe, Tanaka ha señalado que el ex primer ministro era una figura cercana a un “grupo amigo” de la iglesia, la cual ha diferenciado de la propia organización, y ha incidido en que nunca fue miembro o asesor de la Iglesia de la Unificación.

“Esto es lo que creo, pero Yamagami no distinguía entre un grupo y otro. Creyó que como los fundadores eran los mismo todo sería lo mismo”, ha lamentado, según informaciones del diario ‘The Japan Times’.

La Iglesia de la Unificación, conocida por sus ideas profundamente conservadoras, se originó en Corea del Sur y cuenta con un amplio número de seguidores en Japón. Además, cuenta con adeptos a nivel mundial –entre los que se encuentra el expresidente estadounidense Donald Trump–, y tiene una sede en la estación de tren de Nara, donde se produjo el ataque.

 

Fuente: EUROPA PRESS