Los teléfonos inteligentes se han convertido en un artilugio imprescindible en el día a día con el desarrollo de toda clase de aplicaciones que facilitan el desarrollo de las actividades rutinarias, además del ‘boom’ de las redes sociales o de juegos como el reciente ‘Pokémon

GO’, fenómenos que han hecho que los teléfonos inteligentes se utilicen a edades cada vez más tempranas.

Afecciones como la nomofobia, la cibercondría o el denominado síndrome Google, son algunos de los problemas surgidos a partir de la dependencia de las personas por internet y la tecnología móvil.

Pero ni el ‘Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales’ (DSM, en sus siglas en inglés, ‘Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders’) de la American Psychiatric Association (APA), ni la Organización Mundial de la Salud, las reconocen como patologías al mismo nivel que adicciones con sustancia como la ludopatía, pero es un hecho que los trastornos derivados del uso de internet y la telefonía móvil son cada vez más frecuentes.