Manifestantes incendiaron el Congreso del sureño estado mexicano de Guerrero junto con algunos vehículos, en protesta por la presunta masacre de 43 estudiantes a manos de policías corruptos y miembros de un cartel de las drogas.

La violencia también afectó otras zonas. El caso de los estudiantes, desaparecidos desde septiembre, ha sacudido al Gobierno de Enrique Peña Nieto del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien asumió el poder en diciembre del 2012 prometiendo controlar la violencia heredada de su antecesor Felipe Calderón.