La respuesta de Donald Trump a la crisis del coronavirus ha sido tibia, tardía y cambiante. La epidemia en Estados Unidos está cerca de llegar a los 150.000 contagios y ha pasado los 2.500 fallecidos, y tiene mucho margen de crecimiento: en el peor de los focos, el de Nueva York, el pico de contagios podría tardar todavía entre dos y tres semanas en llegar.

Ante esta situación, Trump ha vuelto a pegar un cambio de rumbo y este domingo en la Casa Blanca reconoció por primera vez que el número de muertos por el coronavirus podría pasar de 100.000 en el país. Añadió que si EE.UU. se queda por debajo de esa cifra «todos habremos hecho un gran trabajo». Este mismo mes, el 9 de marzo, trataba de quitarle importancia a la epidemia y decía el año pasado la gripe común había matado 37.000 personas en el país y que, en ese momento, solo había 546 casos confirmados de coronavirus y 22 fallecido. «¡Pensad en eso!», decía a sus millones de seguidores en Twitter antes de asegurar que el Gobierno «está preparado» y que el virus «se irá».

Advertencia del experto de la Casa Blanca

La nueva posición de Trump se producía después de que la autoridad en enfermedades infecciosas del Gobierno de EE.UU., Anthony Fauci, asegurara que el virus se podría llevar la vida de hasta 200.000 personas y que podría infectar a millones.

«Es la primera vez que escucho ese número», trató de justificarse Trump, que ahora dice que hay un potencial de «2,2 millones de muertes por esto».

El domingo, en la misma comparecencia, anunció que su Administración ampliaba las directrices sobre distanciamiento físico otras dos semanas. Pero lo hacía después de advertir pocos días antes de que revisaría esas directrices para poner el país «en marcha» cuanto antes, ya que EE.UU. no podía estar parado y que eso causaría más víctimas que la propia epidemia. «Las iglesias estarán hasta arriba el domingo de Pascua», dijo entonces en una entrevista con Fox, en una declaración que asustó a los expertos en salud pública.

La realidad, sin embargo, ha sido tozuda y la epidemia se expande con rapidez en EE.UU. frente a las idas y venidas del presidente de EE.UU.

Fuente: ABC