Entrega especial de la periodista Mirtha Rodríguez con la cámara de Juan Jordán y Miguel Arrocha para Sertv Noticias en donde hicieron entrevistas a la actriz Zelideth Rosales; a la escritora y gestora cultural Consuelo Tomás; a la educadora Margarita Vásquez, miembro de la Academia Panameña de la Lengua; a Jorge Montenegro, gestor cultural y a Esther Arjona periodista cultural con 30 años de trayectoria que trabaja actualmente en La Estrella de Panamá y en donde explican lo siguiente:
La primera vez en toda la historia republicana de Panamá que se toma conciencia de la importancia de la cultura como herramienta de cambio social es a finales de los 60.
El esfuerzo que hicieron los primeros gobiernos republicanos fue un enfoque liberal del siglo XIX de la cultura reducida como las bellas artes, como entretenimiento y formación humanista.
Durante la década de los 70 las políticas sociales se convierten en el instrumento para responder al país. En el tema cultural, se crea el Instituto Nacional de Cultura, el cual no requirió de grandes estudios teóricos, solo identificar las necesidades prácticas de los tiempos.
El INAC impulsó políticas públicas que permitieron importar profesores de alto nivel en especialidades artísticas, se restauró el Teatro Nacional, se enriquecieron los premios del Concurso Literario Ricardo Miró y la Orquesta Sinfónica Nacional con nuevos profesionales, instrumentos y partituras.
Se creó la Escuela Nacional de Artes Pláticas, de Danzas, el Ballet Folklórico del INAC, el Museo de Arte Religioso y el Museo Antropológico, hoy Reina Torres de Arauz. También se crearon Centros Culturales con presencia en todo el país.
Los ideales nacionales caminaron de la mano con los retos principales del país. La recuperación de la soberanía y el canal de Panamá, para que sus riquezas llegaran a todos los panameños.
Desde finales de los 70 la cultura, entonces, empieza a redefinir su papel, de una manera más activa. Los espacios creados por el INAC se fusionaron con un movimiento ciudadanos, que apuntaba hacia el desarrollo humano, el fortalecimiento institucional y la existencia de un sólido tejido social.
El INAC estaba apoyando todos los procesos que sugieran, además de generar un espíritu de cohesión en la población. Espíritu que fue gestando una generación beligerante y preocupada por el desarrollo de su entorno.
A finales de los 90 se organizó el primer encuentro de artistas panameños sin mayores consecuencias. No obstante, se generó un diagnóstico de la situación.
El hito más reciente para estructurar la institucionalidad cultural se logra a 45 días del Gobierno del presidente Laurentino Cortizo Cohen, con la sanción de la Ley 11 que eleva por primera vez a rango ministerial las políticas culturales.
Un Ministerio de Cultura que hereda la administración de 22 centros educativos, 16 museos; 4 patrimonios arquitectónicos, 3 teatros; una galería de artes, la Orquesta Sinfónica y el Ballet Nacional, la convocatoria de seis concursos literarios y la administración de 13 coordinaciones regionales que trabajan con las comunidades.
Cultura es mucho más que arte, en su ruta hacia el desarrollo. En enero de 2020 se presenta ante la Asamblea Nacional de Diputados la esperada Ley General de Cultura, de manos del ministro de Cultura Carlos Aguilar.
Panamá contaría por primera vez con una de las legislaciones más completas, en materia cultural y de Economía Creativa, aseguró Carlos Aguilar, titular de Cultura, quien aseguró que ha tomado en cuenta diversas expresiones artísticas y culturales.
El Plan Nacional de Cultura, que se desprende de la Ley, dejará una ruta trazada con mecanismos de gobernanza que aseguren reglas claras y transparentes.
Un largo camino recorrido para que Panamá asuma la protección integral del patrimonio cultural panameño, cuente con espacios para que la diversidad cultural se exprese, se reconozca y desarrolle diálogos creativos y se consolide una gestión pública que responda a los desafíos culturales que el siglo XXI exige como país, región y como humanidad.