Los programas de resocialización en los centros penitenciarios son permanentes y buscan que los privados de libertad al salir obtengan una mejor calidad de vida, trabajando que todo aquello que se les ha enseñado. El trabajo es duro, exige dedicación, pero muchos han logrado desarrollar sus talentos y convertirse en verdaderos maestros de la artesanía.

Tal es el caso de diez privados de libertad quienes usando técnicas de pintura en acrílico y aerografía laboran en el taller de Integrarte en el centro penitenciario de Penonomé. Los privados desarrollan diferentes obras de arte al pintar cuadros trabajados en tela de mantasucia, y marcos de pallets, informó la directora del centro, Yanira Madrid.

“La actividad artística tiene como objetivo principal enseñar a las personas privadas de libertad descubrir sus talentos para ayudarlos en su reinserción a la sociedad”, indicó Madrid.

Aprender, reforzar y desarrollar, profesionalizar las habilidades, así lo define Alberto Mock, un privado de libertad, el desafío que tienen en desarrollar las destrezas en la pintura y tallado de madera. A la vez, dijo sentirse muy elogiado de la oportunidad de formar parte del programa Integrarte, y puntualizó que las pinturas representan motivación en equipo, compromiso y optimismo detrás de cada obra de arte.