Desde el inicio de la invasión a gran escala de Rusia, las autoridades ucranianas han documentado más de 4,228 casos de uso de armas químicas por parte del ejército ruso, con un alarmante aumento en 2024. Esta grave conducta rusa ha sido calificada como una violación flagrante del derecho y las normas internacionales.

El uso de armas químicas por parte de la Federación Rusa infringe directamente la Convención sobre Armas Químicas (CAQ), un tratado global que prohíbe la producción, almacenamiento y uso de tales armas. Los informes documentados indican que el despliegue de agentes químicos por las fuerzas rusas contraviene los artículos I y II de la CAQ, que específicamente prohíben el uso de sustancias tóxicas en conflictos armados.

Incidentes notables han sido reportados en diversas localidades, incluyendo Kupiansk, Bakhmut, Pokrovsk, Zaporizhzhia y Kherson. Hasta la fecha, más de 2,058 soldados ucranianos han requerido atención médica por síntomas de exposición química, y tres muertes han sido confirmadas por envenenamiento agudo con sustancias aún no identificadas.

Las fuerzas de seguridad de Ucrania han documentado el uso de municiones como granadas de gas K-51 y RG-VO, clasificadas como agentes para el control de disturbios, las cuales están prohibidas para uso bélico según la CAQ. Además, se ha reportado el uso de cloropicrina y gas CS, ambos considerados inaceptables en el contexto de la guerra debido a sus severas repercusiones para la salud.

La comunidad internacional está siendo convocada a actuar de manera unánime y decisiva. Se están exigiendo sanciones y acciones legales contra individuos y entidades rusas involucradas en estas prácticas, así como la judicialización de los perpetradores de crímenes de guerra ante la Corte Penal Internacional (CPI), que actualmente investiga los crímenes cometidos durante el conflicto.

El uso documentado de armas químicas no solo plantea un desafío inmediato a la seguridad humana, sino que también plantea serias preocupaciones ambientales, contaminando el aire, el suelo y los recursos hídricos, con efectos a largo plazo sobre la salud pública.

Ucrania hace un llamado a sus socios internacionales para que mantengan una postura firme y unificada, y rechacen las acciones de Rusia en foros globales. La protección de los principios del derecho internacional y la promoción de la justicia son más necesarias que nunca en este contexto, según las autoridades ucranianas.

La comunidad internacional se enfrenta a un momento crucial para defender los valores establecidos en la Convención sobre Armas Químicas y brindar apoyo a Ucrania en su lucha contra estos actos ilegales.

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