La Selección Mayor Panameña de Fútbol vive días de reflexión. Luego de una sorpresiva eliminación en cuartos de final de la Copa Oro 2025 , el equipo canalero entra en una etapa crítica: la última fase de la eliminatoria mundialista de Concacaf rumbo al Mundial 2026, que se celebrará en México, Estados Unidos y Canadá.
El torneo continental había comenzado con aires de revancha. Panamá clasificó con puntaje perfecto en la fase de grupos, generando una oleada de ilusión entre los fanáticos. Se hablaba de una posible revancha en la final y de superar el subcampeonato alcanzado en 2023. Pero todo se derrumbó de forma inesperada ante Honduras en un partido que no solo dejó fuera a Panamá, sino que sembró dudas.
Pese al golpe, hay elementos rescatables que deben convertirse en pilares para lo que viene. El renacer de Ismael Díaz, con goles y liderazgo, es clave. Al mismo tiempo, la irrupci´n del joven Tomás Rodríguez, quien debutó con atrevimiento y gol deja claro que hay talento fresco listo para asumir responsabilidades.
El regreso del defensor Andres Andrades aportó orden y experiencia en la zaga, mientras que Cristian Martínez volvió a destacarse como ese volante incansable y versátil que todo equipo necesita. Por la banda izquierda, Jorge Gutíerrez sorprendió con su entrega, buen pie y equilibrio defensivo. Jugadores que dejaron buenas sensaciones y deben ser considerados en el nuevo eje del equipo.
En la dirección técnica, Thomas Christiansen reconoció su cuota de responsabilidad. En la conferencia posterior a la eliminación, asumió los errores cometidos ante Honduras y aceptó que debe hacer ajustes. Es un gesto que se valora, pero también una señal de que el cuerpo técnico debe rectificar, reordenar piezas y tomar decisiones más acertadas en cuanto a tácticas, convocatorias y manejo físico de los jugadores.
Con todo este panorama, llega el verdadero reto: clasificar al Mundial 2026. Panamá está en un grupo con Guatemala, El Salvador y Surinam, rivales que conocen bien al conjunto canalero y que no regalarán nada. El primer partido será en septiembre como visitante ante Surinam, seguido por un duelo clave como local frente a Guatemala, a quien se le ganó 1-0 en Copa Oro. Pero la historia no puede repetirse por inercia: cada partido se tiene que ganar con fútbol y convicción.
Creer que la clasificación está asegurada sería una equivocación peligrosa. No hay boletos garantizados, por más talento que haya en la plantilla. Se necesita carácter, liderazgo, autocrítica y una ejecución impecable desde el banquillo hasta la cancha.




