Costa Rica alberga una de las mayores diversidades de mariposas del mundo y se ha convertido en un centro científico y económico clave para el estudio, reproducción y exportación de estas especies, conocidas como las “jardineras del planeta” por su papel en el equilibrio ecológico.

Actualmente, el país centroamericano registra más de 18.000 especies de mariposas nocturnas, las menos estudiadas a nivel mundial y cerca de 1.600 especies diurnas, lo que representa el 8 % de todas las mariposas del planeta. Esta riqueza biológica ha posicionado a Costa Rica como un laboratorio natural único para científicos y entomólogos.

Un país que exporta mariposas al mundo

Más allá del valor ecológico, la producción y exportación de pupas de mariposas la fase entre larva y adulto se ha consolidado como una actividad económica sostenible que genera unos tres millones de dólares anuales y beneficia a unas 400 familias, muchas de ellas campesinas.

Costa Rica es el país con más mariposarios por metro cuadrado del mundo, y exporta pupas a museos y mariposarios en más de 20 países, incluidos Estados Unidos, Alemania, Rusia y Emiratos Árabes Unidos.

El entomólogo costarricense José Montero, considerado uno de los mayores expertos en mariposas de Latinoamérica, ha logrado identificar más de 100 especies nuevas de mariposas nocturnas en el país, tras más de 20 años de investigaciones en museos y colecciones científicas.

Montero dirige un mariposario y laboratorio en Biophilia Park, ubicado en Quepos, Puntarenas, donde ha replicado el ciclo de vida de las mariposas más de 15.000 veces, obteniendo valiosa información para su estudio y conservación.

No sabemos qué especies se están extinguiendo si no sabemos cómo se llaman. No se puede conservar lo que no tiene nombre”, enfatizó Montero.

Más allá del campo científico, las mariposas están profundamente integradas a la vida cultural y cotidiana: aparecen en la literatura, la música, el arte, e incluso en la moda, a través de accesorios, estampados y tatuajes.

Aunque Costa Rica se posiciona como líder regional en la investigación de mariposas, Montero advierte que el estudio en Latinoamérica aún es incipiente y hace un llamado a que más jóvenes se interesen por la ciencia, la entomología y la conservación.

“Estamos frente a una riqueza natural enorme. Necesitamos más ciencia para protegerla”, concluyó Montero.

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