El Ministerio de Salud (Minsa) respondió a los recientes cuestionamientos sobre la asignación de nuevos médicos en centros de salud del país, señalando que persisten serios obstáculos estructurales que dificultan que todos los egresados de medicina accedan al internado y completen su formación profesional.
A través de un comunicado oficial, el Minsa aseguró que el proceso de selección de internos se realiza con total transparencia y que el problema radica en el desajuste entre el número de egresados y las plazas disponibles, más que en irregularidades en el sistema.
Cada año, cerca de 400 médicos se gradúan de las universidades del país (dos públicas y cuatro privadas), pero la cantidad de plazas de internado es considerablemente menor. Este desequilibrio se ve agravado, según la entidad, por la falta de control en la admisión en universidades privadas, que pueden matricular un número indefinido de estudiantes sin tomar en cuenta la capacidad real del sistema de salud para formarlos hasta el internado.
El examen de certificación, que se aplica tres veces al año, reúne entre 700 y 800 aspirantes por convocatoria, incluyendo a quienes repiten la prueba. De estos, aproximadamente 400 aprueban en cada oportunidad. Sin embargo, aprobar el examen no garantiza una plaza, ya que estas se adjudican dos veces al año según las vacantes disponibles, y el proceso se realiza por orden de puntaje.
El internado médico tiene una duración de dos años: el primero se realiza en hospitales de alta complejidad en la capital, y el segundo en hospitales del interior o de segundo nivel. Esta distribución busca asegurar que el médico adquiera competencias clínicas diversificadas. No obstante, las limitaciones de infraestructura hospitalaria y la necesidad de mantener una proporción adecuada de camas por interno impiden ampliar la oferta sin afectar la calidad del entrenamiento.
El Minsa también reconoció que, además del problema de plazas y estructura hospitalaria, existen restricciones presupuestarias que limitan la expansión del sistema de formación médica.
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Ante esta situación, la entidad reiteró su compromiso de trabajar de manera conjunta con las universidades, el órgano legislativo y demás actores del sistema de salud para:
El Minsa aseguró que solo con una reforma estructural y planificada será posible cerrar la brecha entre la formación académica y la formación clínica, garantizando que los nuevos profesionales estén adecuadamente preparados para ejercer.
