Representantes de 196 países y de la Unión Europea se reunirán del 1 al 5 de diciembre en Panamá para evaluar los avances globales frente a la desertificación, la degradación de tierras y la sequía en el marco de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD).

El encuentro, conocido como CRIC23, se desarrollará mientras Panamá impulsa acciones para alcanzar la neutralidad en la degradación de tierras al 2030, objetivo para el cual ha identificado 31 zonas críticas y avanza en programas de reforestación y adaptación en el Corredor Seco.

El país vivió en 2023 su año más seco registrado, una situación que afectó el tránsito del Canal y evidenció la vulnerabilidad de las rutas comerciales globales ante fenómenos locales de sequía.

El ministro de MiAmbiente, Juan Carlos Navarro, destacó que Panamá será sede este año de las tres principales convenciones ambientales de la ONU, un hecho sin precedentes que, dijo, refuerza el llamado a integrar las agendas de clima, biodiversidad y manejo de tierras.

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La secretaria ejecutiva de la CNULD, Yasmine Fouad, advirtió que la región de América Latina y el Caribe enfrenta un proceso creciente de degradación de tierras que afecta alrededor del 20 % de su superficie. Señaló que la convocatoria en Panamá se inserta en una respuesta global ante la pérdida anual de cerca de 100 millones de hectáreas de tierras saludables y la progresiva aridificación que, en tres décadas, ha alcanzado más del 70 % de los territorios del planeta.

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