Las milicias chiitas y las fuerzas de seguridad iraquíes lanzaron una ofensiva en la estratégica localidad ubicada a 100 kilómetros de Bagdad, controlada desde el fin de semana por los jihadistas.
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, Estados Unidos y las autoridades religiosas sunnitas de la provincia de Al Anbar, donde se encuentra Ramadi, han sido reticentes a que los grupos apoyados por Irán se desplieguen en la zona.
Precisamente hoy, el ministro de Defensa iraní, Hosein Dehghan, llegó a Bagdad para reunirse con su homólogo iraquí, en una visita prevista desde hacía varios días.
Hasta ahora, Irak y Estados Unidos han optado por favorecer el desarrollo de fuerzas locales, pero los líderes de las milicias afirmaron hoy que en los últimos días quedó claro que el gobierno no puede prescindir de las Unidades Populares de Movilización, que agrupan a milicias y a voluntarios.




