El gobierno de Venezuela ordenó este miércoles la expulsión del embajador alemán por su respaldo al líder opositor Juan Guaidó, en medio de una fuerte presión internacional encabezada por Estados Unidos, que anunció más sanciones para asfixiar al presidente Nicolás Maduro.
Caracas declaró al embajador Daniel Kriener persona “non grata” y le ordenó abandonar el país en 48 horas por “recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos”.
Kriener fue uno de los diplomáticos que recibió el pasado lunes en el aeropuerto internacional a Guaidó, que se autoproclamó presidente encargado de Venezuela y es reconocido por más de 50 países, cuando regresaba de una gira por Suramérica tras haber desacatado la prohibición de salida del país.
“Es una decisión incomprensible que agrava la situación y no contribuye a la distensión. Nuestro apoyo, el apoyo de Europa, para Juan Guaidó permanece intacto”, aseguró el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas.
En una entrevista publicada por el semanario alemán Spiegel, Juan Guaidó condenó enérgicamente la decisión del gobierno venezolano y pidió al embajador, amenazado “no solo verbalmente (…) sino también a su integridad física”, que permanezca en el país.
Guaidó pidió además que los países de la Unión Europea “refuercen las sanciones financieras contra el régimen”.
El gobierno de Donald Trump, con el que Venezuela rompió relaciones luego de que reconoció a Guaidó como mandatario, revocó 77 visas de venezolanos allegados a Maduro.
Washington advirtió además “a las instituciones financieras extranjeras que enfrentarán sanciones” si facilitan “transacciones ilegítimas que beneficien” al gobierno venezolano.
“Continuaremos haciendo rendir cuentas al régimen de Maduro hasta que la libertad se restablezca”, advirtió el vicepresidente estadounidense, Mike Pence.
Más temprano, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, señaló que la crisis ha sido “exacerbada por las sanciones” y anunció que enviará una delegación a Venezuela la próxima semana.
En medio de las tensiones con Washington, la contrainteligencia militar venezolana detuvo en Caracas al periodista estadounidense Cody Weddle, colaborador de varios medios norteamericanos, y a su ayudante local Carlos Camacho, tras allanar sus casas.
Tras 12 horas detenidos, fueron liberados. Weddle será deportado el jueves, según el Sindicato de Trabajadores de la Prensa (SNTP).
La medida contra el reportero, criticó Guaidó, “intenta, sin éxito, esconder la verdad”.
– “Los únicos ‘non gratos’ son ustedes” –
Durante un debate en el Congreso de mayoría opositora, Guaidó aseguró que la expulsión del embajador alemán debe “ser tomada como una amenaza por el mundo libre”.
“Señores usurpadores, los únicos ‘non gratos’ son ustedes (…). Están amenazando a quien ayuda al país”, aseguró el jefe parlamentario, de 35 años, refiriéndose a Maduro y su gobierno.
Hasta ahora la decisión sólo afecta al embajador alemán, pese a que también estuvieron en el aeropuerto representantes de Francia, Canadá, Holanda, Portugal, Rumanía, España, Argentina, Brasil, Chile, Perú, Ecuador y Estados Unidos.
Parte de la comunidad internacional temía que Guaidó fuera arrestado al llegar a Venezuela, de donde salió furtivamente el 22 de febrero para presionar infructuosamente por el ingreso desde Colombia de alimentos y medicinas donados por Estados Unidos.
“Esto va a enfriar más las relaciones entre Venezuela y la Unión Europea, aumentando el aislamiento del gobierno”, aseguró a AFP Diego Moya-Ocampos, del IHS Markit (Londres).
Para el internacionalista Mariano de Alba, Maduro manda un mensaje: “un apoyo tan frontal a Guaidó tendría consecuencias”.
“Pero también supone un riesgo porque el gobierno de Alemania podría ahora desafiar la decisión tal y como lo ha venido haciendo Estados Unidos”, agregó.
Venezuela advirtió que “no permitirá la intromisión en asuntos internos”, al considerar “inaceptable” que un diplomático actúe como “un dirigente político en clara alineación con la agenda de conspiración de sectores extremistas de la oposición”.
– “Avancemos con fuerza” –
Antes de la vuelta de Guaidó a Caracas, Maduro había advertido que el opositor encararía a la justicia por desafiar el impedimento de salida que le dictó la corte suprema, de línea oficialista, en una investigación por “usurpación de funciones”.
El martes, el presidente socialista minimizó las acciones de la oposición y llamó a sus partidarios y la Fuerza Armada -su principal sostén- a no caer en “provocaciones” de “una minoría alocada”.
Guaidó convocó a manifestaciones el próximo sábado para continuar su presión.
“Volvemos a marchar para exigir la libertad de Venezuela, el regreso de los seres queridos, el ingreso de la ayuda humanitaria, avancemos con fuerza determinante”, aseguró el opositor, quien dijo apoyar también una huelga escalonada del sector público, propuesta por sindicatos.
Como es habitual, también Maduro llamó a “manifestaciones antimperialistas” para el sábado, cuando se cumplirán cuatro años desde que el expresidente Barack Obama impuso las primeras sanciones a funcionarios venezolanos.