Por primera vez en una década, el déficit público español cerró por debajo del tope europeo del 3%, concluyendo 2018 en un 2,63% del PIB, según datos oficiales anunciados este viernes.

“El déficit del conjunto de las administraciones públicas finalmente se ha situado en el 2,63% del PIB, frente al 3,03% del año anterior”, se felicitó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, al término del consejo de ministros.

La economía española, que lleva creciendo desde 2014, sigue reabsorbiendo su déficit, que llegó a superar el 10% en el momento culmen de la crisis de 2008-2013, agravada entonces por el estallido de la burbuja inmobiliaria.

“Se ha combinado la reducción del déficit sin poner en riesgo el crecimiento económico y sin dejar a nadie atrás”, sostuvo la ministra socialista, a cuatro semanas de las elecciones legislativas del 28 de abril.

Según ella, “la economía española mantiene su fuerza e incluso aceleró en la segunda parte del 2018 su crecimiento”. Eso a su vez redundó en beneficio de los ingresos del Estado.

El pasado año, Madrid reevaluó su objetivo de déficit para 2018, que pasó de 2,2% del PIB a 2,7%, tras la llegada de los socialistas al poder en junio.

El ejecutivo de Pedro Sánchez lo justificó diciendo que el objetivo anterior, fijado por el conservador Mariano Rajoy, no era “realista”.

Según las previsiones del Banco de España, el déficit público seguirá reduciéndose ligeramente este año y cerrará 2019 en un 2,5% del Producto Interior Bruto.