AFP – San Francisco, Estados Unidos
La compañía de gas y electricidad de California PG&E accedió a pagar 1.000 millones de dólares a gobiernos locales por el daño causado en sus jurisdicciones por los incendios forestales desatados por equipamiento de esa empresa.
El acuerdo anunciado el martes cubre reclamos por el incendio “Camp Fire”, que azotó el norte de California en 2018 matando a 85 personas y destruyendo unas 18.000 edificaciones, así como los incendios previos de North Bay (2017) y Butte (2015).
En mayo, la agencia de protección contra el fuego de California determinó que líneas eléctricas de PG&E desataron el “Camp Fire”, el incendio más mortal en la historia del estado.
“Este dinero ayudará a los gobiernos locales y a los ciudadanos que pagan impuestos a reconstruir sus comunidades tras varios años de devastadores incendios”, dijo Scott Summy de la firma de abogados Baron & Budd, que representó a las entidades públicas en el acuerdo de mediación en San Francisco.
“Las ciudades y condados estarán en una mejor posición para ayudar a sus ciudadanos a reconstruir y seguir adelante”, dijo en un comunicado anunciando el pacto.
El acuerdo de 1.000 millones de dólares forma parte de un plan de reorganización para PG&E, que introdujo documentos para protegerse de la bancarrota en enero, mientras enfrentaba miles de millones de dólares en responsabilidades potenciales por su papel en los incendios.
La ciudad de Paradise, que fue prácticamente reducida a cenizas por el “Camp Fire”, recibirá 270 millones de dólares.
“La ciudad de Paradise será reconstruida y este es un paso importante hacia nuestra recuperación”, dijo la alcaldesa Jody Jones en un comunicado en la página de Facebook de la localidad.
“En nombre de la ciudad, esperamos recibir el dinero lo antes posible para poder invertirlo en la reconstrucción de nuestra infraestructura y en proveer los servicios necesarios para la resiliencia comunitaria”, dijo.
El asambleísta de California James Gallagher saludó el acuerdo y dijo que la compañía de servicios debe resolver con celeridad los reclamos de las víctimas.
“Los sobrevivientes del Camp Fire ya han pasado por un infierno. La compañía tiene una obligación de no prolongar su sufrimiento”, dijo.
Como PG&E se encuentra bajo protección por bancarrota, el acuerdo está sujeto a la aprobación de un juzgado.