AFP – Bangkok, Tailandia

Varias explosiones sacudieron este viernes Bangkok dejando cuatro heridos, cuando la capital tailandesa alberga una cumbre regional en presencia del jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo.

Unas horas antes de estas explosiones, dos tailandeses oriundos del extremo sur del país, escenario de una rebelión separatista, fueron detenidos tras el descubrimiento el jueves de un artefacto explosivo que no funcionó. Este incidente estaría vinculado a lo ocurrido este viernes, según la policía.

El primer ministro tailandés Prayut Chan-O-Cha informó a la prensa de “nueve explosiones o intentos de explosiones” en la capital Bangkok.

Cuatro personas resultaron levemente heridas en estos ataques en los que se habría utilizado bombas “ping pong” (bombas artesanales llamadas así porque rebotan como pelotas de ping pong), según las autoridades.

Por el momento, se desconocían los motivos de estos ataques y las autoridades exhortaron a evitar toda especulación.

Desde 2004, Tailandia, de mayoría budista, enfrenta una insurrección separatista en varias provincias de mayoría musulmana fronterizas con Malasia. El conflicto ha dejado ya unos 7.000 muertos, la mayoría de ellos civiles.

Los atentados de los rebeldes independentistas se han hecho menos habituales desde el golpe de Estado de 2014.

Prayut Chan-O-Cha imputó las explosiones del viernes a “personas mal intencionadas que incitan a la violencia” para “destruir la paz y la imagen del reino”.

“Debemos demostrar nuestro esfuerzo colectivo para luchar contra aquellos que tienen la intención de perjudicar al país”, indicó en las redes sociales, pidiendo a la población “no entrar en pánico” y “cooperar” con las autoridades.

Dos explosiones tuvieron lugar en el centro de la capital cerca de la torre Mahanakorn, perteneciente al grupo King Power, propietario del club de fútbol británico Leicester City, añadió la policía.

En los alrededores del rascacielos se desplegaron especialistas en desminado.

Otras cuatro deflagraciones se registraron en Bangkok, tres de ellas en una zona en torno a un complejo gubernamental, según las autoridades.