AFP – Viena, Austria
El sobreviviente austríaco más viejo de los campos de la muerte, Marko Feingold, falleció el jueves a la edad de 106 años, anunció el viernes la comunidad judía de Viena(IKG).
Feingold había sobrevivido a cuatro campos de concentración y testimoniaba incansablemente ante las jóvenes generaciones. A pesar de su edad avanzada, hasta hace poco daba conferencias e intervenía en escuelas. “He llegado a hablar ante medio millón de personas en total”, dijo a la AFP en 2018.
Nacido el 28 de mayo de 1913, austrohúngaro en la actual Eslovaquia, Marko Feingold fue detenido en Praga y deportado a Auschwitz en 1940.
“Me dijeron que tenía tres meses de vida. Era verdad pues después de dos meses y medio estaba a punto de sucumbir al cansancio cuando por suerte pude formar parte de un convoy para Neuengamme”, otro campamento situado en Alemania.
Feingold, número 11.996, fue trasladado posteriormente a otros dos campamentos, en Dachau y luego en Buchenwald, donde salva su vida gracias a su calificación de albañil.
Único superviviente de su familia, abandona Buchenwald, liberado por los estadounidenses en mayo de 1945, pero no logra llegar a Viena ya que forma parte de un grupo de supervivientes al que se le prohíbe transitar la zona de ocupación soviética en Austria.
“Un soldado ruso nos dijo que tenía órdenes de no dejarnos pasar. El nuevo canciller (socialdemócrata) Karl Renner había dicho que no recuperarán judíos”, explicó a la AFP.
Marko Feingold decide entonces establecerse en Salzburgo, zona estadounidense, donde residió hasta su muerte y presidió la pequeña comunidad judía de la ciudad.
Después de la guerra estableció una vía que permitió a 100.000 judíos emigrar a Palestina a través de Italia. Él mismo se había negado a abandonar Austria a pesar de las dificultades con que había tropezado al regresar a un país donde el antisemitismo todavía estaba muy presente.
“No podía encontrar trabajo. Alguien que volvía de los campamentos era necesariamente un criminal. Así que tuve que trabajar por mi cuenta”, atestiguó. Feingold creó en Salzburgo una floreciente tienda de ropa.
Austria se posicionó durante mucho tiempo en un papel de “víctima” del Tercer Reich, rechazando su propio papel en el holocausto, antes de iniciar tardíamente, a mediados de los años noventa, un trabajo significativo de memoria.