El Shakthar Donestk de Ucrania, en su exilio hamburgués, dio la gran sorpresa y derrotó este martes al Barcelona (1-0) en un nuevo ejercicio fallido de los de Xavi Hernández, que desperdiciaron la primera ocasión que tenían para certificar su pase a los octavos de final de la Liga de Campeones.
Para el Barcelona el partido fue una pesadilla, un ejercicio fallido, de un equipo sin rumbo y que pierde credibilidad a cada partido. En Hamburgo, bastó un gol del ‘9’ ucraniano Sikan en el minuto 40 para cerrar el partido.
Si después de ganar en el descuento y con muchas dudas en su juego en San Sebastián, la justificación de Xavi Hernández fue el síndrome posclásico; en Hamburgo se repitió la misma dinámica.
No hubo noticias del Barça durante la primera parte, donde no llegó ni a rematar entre los tres palos. Con un fútbol plano, sin desborde y demasiado previsible, los azulgranas persiguieron las camisetas naranjas de los ucranianos durante demasiados minutos, frente a un equipo que sí tuvo claro a lo que jugar desde el inicio.
Volvió el Barça a su dibujo clásico, un 4-3-3 con dos laterales y la pareja de centrales formada por Araujo y Christensen, que fue de lo mejor de los catalanes durante muchos minutos.