AFP – París, Francia
¿Habrá que elegir un día entre los bosques, las tierras agrícolas y el cultivo para producir biocombustibles? La lucha contra el calentamiento global podría provocar un cambio radical en el uso de la tierra, con el riesgo de una mayor competencia por su utilización.
Expertos que hablaban no hace mucho de posibles escenarios que benefician todos los usos, prefieren hoy referirse a “compromisos” que tomar en el contexto del cambio climático.
El asunto del uso de las tierras está en el centro del encuentro del Grupo Intergubernamental de expertos de la ONU sobre el Cambio Climático (IPCC) que se realiza hasta el martes en Ginebra.
Ellos deben concluir un nuevo informe temático, que será aprobado por los Estados miembro del IPCC.
En su reporte de octubre de 2018, el IPCC propuso varios escenarios para estabilizar el calentamiento en 1,5°C, la mayoría de los cuales incluían procedimientos de absorción del CO2, en particular en suelos y bosques. Es probable que la simple reducción de la emisión de gases de efecto invernadero no sea suficiente.
Una hipótesis sería dedicar grandes superficies de tierras cultivables al despliegue de bioenergías con captura y almacenamiento de carbono. Esta técnica consiste en cultivar plantas para biocombustibles. Cuando crecen, absorben CO2, que luego es capturado cuando el biocombustible se transforma en energía.
Otro proyecto, propuesto por los investigadores, consistiría en plantar miles de millones de árboles para almacenar el CO2. “Actualmente la restauración de los bosques es la mejor solución para el cambio climático”, destaca Tom Crowther, profesor de la Universidad ETH de Zúrich.
“Si actuamos hoy, eso podría reducir el dióxido de carbono en la atmósfera hasta un 25%, a los niveles de hace casi un siglo”, agrega.
Etiopía, por ejemplo, pretende plantar 4.000 millones de árboles antes de octubre para promover la reforestación, con el objetivo de luchar contra el calentamiento global y proteger los recursos naturales.