“Traje a George Grosz a Panamá, porque nadie lo conoce aquí”, fue la primera frase que pronunció, mientras sonreía, el curador y cineasta alemán Lutz Becker para referirse al pintor y dibujante alemán George Grosz (1893-1959).

Becker es el comisario de la exhibición “El Gran No”, de Grosz, uno de los dibujantes más influyentes del siglo XX, que se presenta en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC).

Grosz fue víctima del régimen nazi. Él y su esposa salieron de Alemania en enero de 1933 y a los pocos días Adolfo Hitler se convirtió en el canciller de este país, luego las tropas de asalto nazis rompieron las puertas del estudio de Grosz y quemaron sus dibujos, contó Becker la noche del 26 de febrero en el MAC.

Las críticas de Grosz nacieron de la desesperación ante la catástrofe de la I Guerra Mundial y sus caóticas secuelas. “El dibujo era para él un medio para plasmar todo lo que pasaba en el momento”, explicó.

“Grosz usó su pluma como arma de agitación en las luchas políticas de su tiempo, pues quería que su mensaje fuese sencillo y fácil de entender”, recalcó.

El dibujante se destacó más en caricaturizar al enemigo que en ofrecer una alternativa positiva. “Ello se debió a una especie de pesimismo profético: quizás la cualidad que lo redime como realista y no como mero propagandista”.

En la obra de Grosz hay un contraste entre los ricos y pobres, o ancianos lascivos y mujeres jóvenes. “Lo que lo hace único es cómo combina en sus dibujos la agudeza y el ingenio malicioso de un satírico brillante con las innovaciones formales del cubismo, el expresionismo y el futurismo”, señaló.

 “El Gran No” estará abierto al público en el MAC hasta el 26 de abril.